Terroristas el estilo México, razón de espionaje

Leo en el diario Milenio (lo que antes era el Novedades de Yucatán para quienes son contemporáneos de medio siglo) a dos editorialistas que coinciden en escribir al respecto del espionaje realizado por Estados Unidos a países del mundo. Y eso me ha puesto a pensar…
Estados Unidos, país que en las películas hollywoodenses ha formado el perfil del país más poderoso del mundo, poseedor de superhéroes con superpoderes; de los genios más inteligentes del orbe; de la tecnología última incluso la que no se ha inventado; dueño y casi amo del universo mismo, único capaz de controlar cualquier ataque natural o alienígena proveniente del alguna parte del vasto universo. Y con todo eso, lleno de temores, de miedos; porque siempre hay algún individuo de muy mal aspecto, malos modales, pensamientos contrarios a sus ideales capitalistas, expansionistas de la libertad del individuo en todo el mundo. Una nación que es capaz de contender a todo un ejército humano y armado, y dirigir millones de dólares en armamento de todo tipo hacia seres humanos con la mentalidad destructora, devastadora, hacia los íconos más representativos de su soberanía y hegemonía económica mundial en acciones denominadas de terrorismo. País que gasta millones de dólares en armas (con pingües ganancias recuperables, he ahí el negocio) pero que pone miles de trabas para ofrecer equidad social a sus habitantes.
Y por las razones del terrorismo que acabaría con el país americano tal y como lo conocemos es que la inteligencia suprema de nuestro vecino del norte, quizás influenciada por recomendaciones de los habitantes del área 51 es que decide espiar a todo el mundo, incluyendo desde luego a nuestro país mexicano, apenas inmerso en guerras de narcotráfico, muertes inexplicables y ciertos indicios nada comprobados de corrupción entre la clase política.
¿Cómo podemos pensar en un ataque terrorista hacia los Estados Unidos? ¿Acaso tenemos un Hussein entre nosotros?, ¿un Kadaffi?, ¿un hijo putativo de Bin Laden?, ¿discípulos de Castro acaso?
No, mis fuentes bien informadas, mucho mejor que el Sr. Snowden, integrada por elementos de alta experiencia en el espionaje a maridos y esposas que tienen uno que otro resbalón; instaladores de circuitos cerrados capaces de grabar movimientos incómodos que pondrían en prisión a los protagonistas, pero que por alguna razón luego siguen brincando de puesto en puesto en la función pública; elementos capaces de pertenecer a nuestro IFE y hacer como siempre, la mejor de nuestras democracias. Con estas referencias, prosigo con el recuento de lo que me han contado mis cercanos declarantes:
México ha pensado en una invasión a los Estados Unidos, mucho mejor que la de Pancho Villa, nuestro Centauro del Norte. Para ello empleará recursos humanos que lograrán doblegar al gobierno del País vecino (y esto, lo aseguro, no lo sabe su oficina de espionaje, así que a pensar en ocupar sus 65 millones de dólares anuales en otra cosa, pues con nuestras acciones que serán dadas a conocer a continuación, se la…, bueno, la picardía ahí está).
Hay un peligroso ataque afinado para un lunes: un grupo de comensales yucatecos atiborrará los edificios más altos y prestigiosos de la Unión Americana, de manera particular los ascensores y a una determinada hora programada a través de la lectura de la posición solar, dejarán flojito el cuerpo para los resultados bien sabidos después de una rica ingesta de nuestro tradicional frijol con puerco; pero esto no termina ahí, pues para el martes, con el “nach” que aún queda, se repetirá la misma acción pero posterior al desayuno del frijol restante, debidamente machacado con su cebolla roja y chile cut, acompañado de productos de ave gallinácea en buena cantidad. Los resultados serían funestos. Los enemigos de Estados Unidos querrán comprar tan letales armas alimenticias.
Pero esto no acaba aquí. Desde el mismo D.F., de uno de los más tradicionales barrios, serán enviadas tropas vestidas de civil, sin armas, sólo con ganzúas, patas de cabra, una pinza de electricista, un desarmador, un metro de alambre galvanizado y la hielera del Oxxo, completamente llena de rubias bien frías y en una sola noche, en menos de lo que el sistema americano genera un bit de datos, el Delta Force One, La Bestia y demás vehículo militares, quedarán suspendidos en tabiques made in México, sin espejos laterales, equipos de sonido, computadoras de viaje y demás artilugios particulares; sus piezas y las de los satélites que misteriosamente desaparecerían de sus órbitas geoestacionarias, aparecerían mágicamente en dos o más tianguis de nuestra ciudad capital.
Desde hace muchos años bajo el pretexto internacional de que México no produce trabajos para sus habitantes en edad de merecer, los ha estado enviando clandestinamente a través de los medios ya conocidos y externados en películas de Cine Latino, financiados por quienes practican lo mismo con los organizadores de plantones masivos para protestar por cualquier cosa (esto exenta desde luego a quienes protestan por causas justas y que la hacen con su propio ingreso, conste). A la fecha, con entrenamiento mejor que la guerrilla chiapaneca, están esperando la orden para rodear la Casa Blanca, el Congreso de los Estados Unidos, las sedes gubernamentales de los Estados de la Unión Americana, alcaldías y hasta las oficinas de los “sheriffes”, así como unos cuantos teepees de pieles rojas acaudalados. Y así permanecerán un buen tiempo para presionar la cancelación de la deuda, el desistimiento de la posesión de nuestro oro negro, la declaración de volverse en servidores de la humanidad y prometer el respeto a cada país de gobernarse como mejor le parezca, así como a deshacerse de todas sus armas y películas desde Chuck Norris, hasta Arnold , Silvestre y Van Dame, sin olvidar a Segal. Y que dejen de estar asesorando a nuestros políticos para las reformas de todo tipo que NADIE acepta, pero por ahí sigue la insistencia muy al estilo apartheid. Necesitamos un Mandela en vez de un Obrador, ésa es otra historia.
Y por ahí puedo seguir mencionando otros sistemas mexicanos existentes para desestabilizar de quienes somos, en voz de aquel político millonario (chin, como que hay mucho de donde escoger), el patio trasero. Pero por cuestiones de seguridad, ya que al publicar esto, la NSA ampliará sus redes de espionaje en nuestro país tratando de resolver el misterio ya creado, debo detenerme en mis explicaciones que con verdad absoluta, servirán para justificar en un plano internacional, la razón innegable del porqué espiar a nuestro expresidente y al actual, así como a otros malvados (para ellos desde luego) personajes que aman a México y odian a Estados Unidos.
El único problema que veo es que mientras se decide la acción en territorio gringo, los ejercicios y pruebas tácticas están dando al traste con nuestro país. Ni Green Peace nos salva.


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