De la pretendida Reforma
Educativa
(Síntesis, es decir, lo que he
entendido de manera muy personal)
En estos aciagos
días, reconfortados para el magisterio federal
yucateco al percibir que nuestra tarjeta bancaria de débito ha sido
recipiendaria de la segunda parte de nuestro aguinaldo con lo cual nos damos un
respiro en espera de la quincena primera del mes de enero, nuestro presidente
de la república en voz propia ha invitado a la sociedad en general y a nosotros
los maestros en particular, a leer lo que da en llamar la reforma educativa y
que pondera como punta de lanza de su sexenio en materia de educación de
calidad para conformar y conformarse con la intención globalizadora de medir
con estándares de países muy desarrollados la economía mundial.
Pues heme aquí
haciendo caso del grito presidencial y porque me doy cuenta que mi madrina y
archiamiga, maestra Elba, no ha dicho “esta boca es mía” quizás porque sabe que
del plato a la boca se cae la sopa y como que no están los tiempos, para ella,
de estar haciendo un reguero de comida por toda la mesa, ya que al modo de las
mamás y abuelitas de antaño, es obligación de quien cause desorden, de volver
todo a su lugar, limpio y brillante, so pena de recibir el castigo
correspondiente que en ocasiones era proporcional al número de vueltas
alrededor de la mesa o a la distancia recorrida entre el primer aviso y el
contacto al final de las correrías en persecución más peligrosa que cualquier
pamplonada, huyendo del brazo acusador y verdugo que siempre portaba desde una
chancleta, hasta la soga (remojada para que duela más el castigo) con la cual
colgábamos nuestra rica hamaca. Métodos didácticos que sugiero para los
malandrines, ya que quienes fuimos educados bajo el precepto pedagógico del
huarache, sandalia, zapato o artículo prolongación de la extremidad superior
izquierda o derecha, el día de hoy somos los ciudadanos responsables que
cuidamos y peleamos por nuestro país, aparte de las añoranzas y amores por
nuestros progenitores hasta el día de hoy. Recuerdo como colofón la amenaza
materna de portarse como Má Linda, la de Memín Pinguín ya que, desde la
perspectiva evaluatoria materna, estábamos por lograr los estándares
curriculares del personaje de le revista de historietas salido de la pluma de
Yolanda Vargas Dulché.
Regresando al tema
de la reforma educativa, descargo la llamada propuesta de reforma desde la
página de Desarrollo Educativo de la Secretaría de Educación del Gobierno del
Estado de Yucatán y me permito leerla y analizarla para poder expresar mi personal
conclusión derivada del análisis y reflexión.
Hay algo que me
llama la atención desde el primer momento que es declarada la intención de
reformar el ámbito educativo, por boca de nuestro Secretario de Educación,
Emilio Chuayffet Chemor: la semejanza de los términos a desarrollar que son
exactamente iguales a los determinados por el Plan Sectorial de Educación del
sexenio anterior y la signada Alianza por la Calidad de la Educación, así como
la existencia del Instituto Nacional de Evaluación Educativa por lo que me
causó una digresión cronológica suponiendo que me había dado el famoso deja vu
(que todavía no entiendo en la parábola cuántica explicada por el Dr. Emmett
Brown) al escuchar y sentir que ya sabía todo lo que andaba declarando en ese
momento.
Hablando de la
lectura del documento señalado anteriormente, que es en sí una iniciativa de
Decreto y no la reforma como se ha dado en llamar, constituye un documento que
el C. Presidente de la República envía al Presidente de la Mesa Directiva de la
Cámara de Diputados del Congreso de la Unión en donde solicita la reforma y
adición de disposiciones diversas a la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos. Antes de llegar al texto del decreto enviado, presenta cinco
puntos que pretenden justificar la necesidad de estos cambios en los artículos
3º y 73º Constitucionales específicamente.
El primer punto
denominado como introducción, señala los antecedentes que desde 1993 establece
el derecho de todo individuo a recibir educación y que por tanto el Estado
tiene la obligación de impartirla en los niveles de preescolar, primaria y
secundaria, siendo además que desde 2012, está ya la obligatoriedad de la
educación media superior. Señala que el concepto constitucional de esta
obligación educativa es: “desarrollar armónicamente las facultades del ser
humano, fomentar el amor a la patria, el respeto a los derechos humanos y la
conciencia de la solidaridad internacional en la independencia y la justicia”,
es decir, el verdadero perfil de egreso de educación básica hacia educación
media superior y más allá.
Desde luego que
prevalece el laicismo, el progreso
científico, la democracia, el nacionalismo, la mejor convivencia, el aprecio y
respeto por la diversidad cultural, por la igualdad de la persona y por la
integridad de la familia bajo la convicción del interés general de la sociedad
y los ideales de fraternidad e igualdad de derechos.
El punto dos
resalta el imperativo de calidad educativa; al parecer aún no la hemos logrado
pues no estamos en el área de aceptable de los rangos establecidos por
organismos o instituciones internacionales pues la su existencia está
condicionada por la medida en la que los educandos adquieren conocimientos,
asumen actitudes y desarrollan habilidades y destrezas (he aquí el trabajo en
competencias), complementando esto con la alimentación suficiente de acuerdo
con estándares internacionales de nutrición sana y la garantía de acceso a la
salud, además de contar con los nuevos (¿?) instrumentos del desarrollo científico
y tecnológico. Este punto refiere además los nombres de los actores del proceso
educativo: poderes públicos, órganos de gobierno, autoridades, instituciones,
maestros, organizaciones gremiales, expertos, padres de familia y sociedad en su
conjunto (¿incluye esto para el apoyo de la escuela oficial a la iniciativa
privada?)
Educación de calidad es un valor
que representa la satisfacción de los anhelos de justicia y desarrollo. Por
ello se justifican las modificaciones de orden jurídico y los acuerdos
realizados en educación básica y educación media superior, así como la
institución de la evaluación educativa.
Algo muy importante es que
menciona como innegable el desempeño del docente como “el factor más relevante
de los aprendizajes” así como la determinación del liderazgo de directores y
supervisores por lo cual es necesario crear el servicio profesional docente,
así como la organización de un sistema de evaluación con las directrices
necesarias para el cumplimiento de los fines de la educación; es necesario
entonces establecer las bases para la creación del Servicio Profesional Docente
y la constitución del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación
como máxima autoridad en materia de evaluación.
El punto tres
define el concepto acerca del magisterio: Profesión que guarda mayor cercanía
con la sociedad; quienes han desempeñado un papel preponderante en la
construcción del México de hoy, contribución decisiva para el provenir.
A través de
ciertas explicaciones este rubro justifica la obligación de cuidar mediante
procedimientos y mecanismos idóneos el ingreso al servicio, la promoción dentro
de la profesión docente, así como la permanencia
en la función magisterial.
Además de esta
mención por vez primera de cuidar la permanencia del trabajador, resalta la
injusticia de pensar que los bajos resultados educativos obedecen a un solo factor
y explica que el maestro ha presentado justificadas inconformidades por las
evaluaciones que carecen de la valoración integral del desempeño, lo que aunado
al reclamo social genera la exigencia de la dignificación de la profesión
docente.
Presenta también
la conceptualización de directores y supervisores, definiéndolos como “los
funcionarios que ejercen la responsabilidad de autoridad en el ámbito escolar”.
Debiendo hacer, a) propiciar un clima de trabajo y un ambiente escolar
favorables al aprendizaje ; b) coordinar, asistir y motivar a los docentes en
su trabajo; c) realizar los procesos administrativos y de vinculación de la
escuela con la comunidad de manera efectiva y, d) diseñar, implementar y
evaluar los procesos de mejora continua del plantel. Esto justifica la creación
del Servicio Profesional Docente ¿sustituye esto entonces al famoso escalafón?
Parece que sí. Esto además fijaría las reglas de aplicación nacional para el
ingreso, promoción y permanencia
(segunda mención) en la educación impartida por el Estado.
El cuarto punto se
encamina a justificar lo imperioso de la reforma constitucional, enmarcando a
todos los maestros, cualquiera que fuere su cargo, como trabajadores al
servicio del Estado por lo que la
legislación laboral queda comprendida en al Apartado B del Artículo 123 Constitucional
que prácticamente norma nuestros derechos y obligaciones, debiendo tener mayor
observancia en las fracciones VII, VIII y XI, y la Ley Federal de los Trabajadores al
Servicio del Estado, además, para nuestro caso, del Reglamento de las
Condiciones Generales de Trabajo y por el Reglamento de Escalafón de la
Secretaría.
En este cuarto
punto se inicia la mención del objeto de la reforma solicitada que diseña una
política de Estado sustentada “en la fuerza de una disposición constitucional
que en materia de ingreso, promoción y permanencia
(tercera mención) permita superar inercias y fijar con claridad las
responsabilidades que el Congreso Federal, los congresos de los estados y las
autoridades educativas deben asumir…”Menciona este punto que el docente tendrá
garantizada su permanencia (mención
cuarta, pero muy especial) en el servicio en los términos que establezca la
ley, derivados de los fines de la educación que la Constitución establece. Esto
justifica más específicamente la necesidad de una evaluación sólida y confiable
que servirá (además y qué bueno que así sea) para el otorgamiento de estímulos
y reconocimientos a los maestros (¿Otro deja vú?) Para esto hay que atender lo
descrito por el Artículo 31 Constitucional que prevé la organización del
Sistema Educativo Nacional y que defiende la jerarquía de máxima autoridad del
Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, mediante la adición de la
fracción IX a este artículo.
Ya el punto cinco explica el contenido de la reforma; y empieza a
entenderse que lo que se busca es reformar la constitución para hacer realidad
lo que anteriormente era parte de un plan o de una alianza, ya que al tener
presencia en la Carta Magna es de cumplimiento obligado con sustento en la
máxima jurisprudencia nacional.
Esta reforma a la constitución es para cumplir con la obligación de
ofrecer educación de calidad mediante al acceso de los maestros al sistema
público y su promoción y permanencia
(quinta mención) a través de procedimientos idóneos. Esto hace necesaria la
modificación del Artículo 3º para crear las bases de creación del Servicio
Profesional Docente; se habla de concursos para el ingreso y promoción; y para
fijar los términos por tanto para el ingreso, promoción y permanencia (sexta mención) en el servicio.
También, mediante la adición al Artículo 3º se justificará al Instituto
Nacional para la Evaluación de la Educación como quien tenga las atribuciones
para evaluar el desempeño y resultados del Sistema Educativo Nacional en el
ámbito de educación básica y media superior. También para dotarlo de las
facultades para diseñar y realizar mediciones, emitir lineamientos y generar
directrices para el mejoramiento educativo y para la equidad; propiciar la
coordinación y colaboración con las autoridades y generar buenas prácticas en
la evaluación que éstas lleven a cabo.
En el momento de las conclusiones, señala el documento al Servicio
Profesional Docente y la previsión del Instituto Nacional para la Evaluación de
la Educación como órgano constitucional autónomo como los dos ejes rectores de
la iniciativa de reforma constitucional que lograrán encauzar compromisos
acordados en el Pacto por México”, dando además cumplimiento en lo establecido
en los Artículos 3º y 73° en su fracción XXV.
Todo esto entonces es para justificar el decreto de reforma y adición a
los artículos 3º y 73º; para el primero, modificar las fracciones III, VII y
VIII, además de adicionarle la fracción IX; para el segundo, un anexo breve
pero importante a la fracción XXV, de lo cual se desprende:
-
Del artículo 3º
o
Fracción III. Se modifica para aumentar las
determinaciones que el ejecutivo federal puede hacer, además de los planes y
programas de estudio con sus condiciones para ello, siendo entonces que pueda
también determinar el ingreso al servicio docente y la promoción a cargos con
funciones de dirección y supervisión en la educación básica y media superior, llevados
a cabo mediante concursos de oposición. “La ley reglamentaria de este artículo
fijará los términos para el ingreso, la promoción, el reconocimiento y la permanencia en el servicio. Serán nulos
todos los ingresos y promociones que no sean otorgados conforme a la ley”;…
o
De las fracciones VII y VIII no encontré alguna
modificación en ellos, lo que justifico ante mi ignorancia del manejo jurídico
en las condiciones que un abogado está acostumbrado a realizar cotidianamente
o
La fracción IX es para aumentar, adicionarle a
este artículo, de forma tal que justifique la presencia y acciones del
Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación como un organismo público
autónomo, con personalidad jurídica y patrimonio propio, describiendo además su
estructura y condiciones de funcionamiento.
-
Del Artículo 73º
o
Dentro de las facultades del Congreso, a la fracción XXV, seguidamente
de la oración “buscando unificar y coordinar la educación en toda la República,”
se le añade “y para asegurar el cumplimento de los fines de la educación y su
mejora continua en un marco de inclusión y diversidad.”
Y ya para finalizar los transitorios en donde se especifica mejor la
estructura del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y para que
el Congreso de la Unión prevean la creación de un Sistema de Información y
Gestión Educativa con el apoyo del INEGI para que en este 2013 realice el censo
para tener los datos necesarios para la operación del sistema educativo. Así
también la modificación del marco jurídico para fortalecer la autonomía de
gestión de las escuelas, el establecimiento de las escuelas de tiempo completo
con jornadas de entre seis y ocho horas diarias y lo relacionado con los
alimentos hacia el interior de los centros escolares.
Es decir, que no hay tal reforma educativa como se está mencionando en
los medios de comunicación y a través de la presidencia de la república en boca
incluso del propio presidente. Hay, lo entiendo así, una iniciativa de reforma
constitucional para volver obligatorio lo que antes se dejó a merced de
compromisos e intereses políticos personales y de conveniencia; para ejercer
mejor la autoridad y no quedar a capricho y merced de negociaciones de poder y
quedar como cómplices o socios del fracaso de la teoría presentada. Al ser normado
todo por nuestra Constitución todo ha de cumplirse, so pena de recibir la
sanción por flagrancia, desacato o violabilidad de mandato.
Dicho de otra forma, es la única manera de lograr que educativamente
vayamos adelante, pues así todos los recursos, humanos y materiales, económicos
y sociales están obligados a aplicarse, a realizarse, a desarrollarse y no
permiten negociación alguna pues cualquier intento de rechazo significaría ir
en contra de lo establecido en nuestro más grande documento jurídico nacional.
Aun cuando dada la bondad de las leyes mexicanas, quizás haya que recurrir en
su momento a la Ley de Amparo.
Finalizo con algo que de manera coloquial he manejado siempre: el
maestro que está acostumbrado a trabajar con retos, que se pone metas, que
realiza proyectos, que pretende siempre actualizarse o capacitarse, que tiene
por visión la calidad educativa que en su salón ha de ofrecer, todo esto que se
platica mucho es para su reconocimiento y superación; ahora temblarán quizás (
o incluso se jubilarán) aquéllos que sólo cubren turnos, que no saben siquiera
el nombre de los libros que regulan su práctica docente, que ven este trabajo
como “la gota quincenal segura”; que no les interesa enterarse de este u otros
cambios…, ésos entonces son los que demostrarán su temor al cambio.
En cuanto a la permanencia en el servicio, los comunicados oficiales
reiteran que no se verán afectados los derechos de los trabajadores, es cierto,
pero siempre y cuando, como con todo trabajador amparado por el artículo 123º,
se cumpla con la normatividad que regula los derechos y obligaciones y que en
el caso del magisterio nacional, exigirá niveles de preparación, de
capacitación y de actualización, así como de resultados eficientes en el
trabajo en el aula. En caso contrario, y así está estipulado en la Carta Magna,
es permitido el cese del trabajador.
Entiendo además que no desaparece el Programa de Carrera Magisterial o
sus derivados en los estados, pues al
igual que el Programa de Estímulos Docentes, quedaría dentro del marco del
reconocimiento a los mejores maestros de nuestro país.
Sugeriría que se establezcan criterios, con el aval constitucional, de
un código de conducta o ética que norme el cumplimiento y responsabilidad de
los padres de familia al interior de las escuelas; que regule la obligación
(que ahora es voluntaria) de la participación por la escuela de sus hijos y que
ofrezca de igual forma el acceso a instituciones de apoyo y ayuda que permitan
sostener, asegurar, fomentar e incluso construir la verdadera unidad familiar,
entendiendo y resaltando el papel de la familia como la primera institución educadora
y el núcleo de toda sociedad.
Este concepto no está incluido en la reforma constitucional con la que
se pretende establecer las bases para una educación de calidad, lo que, como
maestros lo sabemos, no puede realizarse sin el apoyo educativo de las familias
de nuestros alumnos y que es momento de que nuestro país aproveche este Pacto
por México para consolidar esta institución familiar importantísima para el
desarrollo social de todo pueblo que se precie de educado y con tradición.
Sin temor, adelante. Vale la reforma a la
Constitución.
Gracias por aclarar las dudas. Excelente escrito.
ResponderEliminarGracias por la aclaración de dudas. Excelente escrito.
ResponderEliminarbueno
ResponderEliminarHola, da gusto ver personas que opinan igual que uno y no me deja lugar a dudas el seguir comentando que antes de solicitar amparos, es necesario sentarse y analizar críticamente lo que pretendemos refutar, buen escrito y saludos a todos los docentes que no tenemos miedo a los cambios y estamos además, listos a enfrentarlos y seguir engrandeciendo el titulo de maestro(a).
ResponderEliminarHola, da gusto ver que hay personas que piensan igual que uno y que demuestran que antes de lanzarse a ampararse ante cualquier circunstancia, son capaces de sentarse y analizar críticamente cualquier documento para despues expresarse, esos son los docentes que México necesita, felicidades a todos los docentes que no temen a los cambios y que además están prepardos para enfrentarlas.
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