Hoy no quiero escribir

¿Cómo funciona el ánimo en la persona? Ese empuje especial que te arroja, que te impulsa a hacer o continuar haciendo lo bueno o lo malo, lo que sirve o lo que no, lo que te hará triunfar o fracasar.
Hoy no quiero escribir. El ánimo me ha abandonado, busco entonces en los recovecos de mi imaginación, en los recuerdos de las letras pasadas y descubro que no tengo tema para contar, nada para escribir. El ánimo se ha ido.
Pienso entonces en dónde está, qué le ha pasado ¿por qué me ha abandonado? En dos o tres días he tenido mucho trabajo, muchas cosas en qué pensar que me alajan de mis propios pensamientos y me sumergen en los silencios del ensimismamiento. Aprieto teclas por apretar buscando que coincidan y formen palabras que también coincidan entre sí y que al leer los textos éstos tengan coherencia.
Mi ánimo por escribir se escurre por entre los espacios del colador que tiene mi espíritu en este momento. Noticias que me han impactado, tal vez. Debo pagar mis deudas, los bancos me persiguen. No. Entonces ¿qué ocurre con el ánimo?
Estoy invitado a pensar en temas triviales y cómicos tal vez; en crear redes con el ánimo de consumir bytes y volver más ricos a los creadores de los ciberespacios, pero el ánimo no me deja. Y no es porque esté presente, sino por su ausencia misma.
El dolor de pensar sin entender lo que pienso, me atormenta. La herida abierta por lo fatuo del mundo actual me atosiga, quizás me deprime...
Hoy no tengo ganas de escribir, no quiero hacerlo. Ya hice sin embargo mucho; mi práctica casi diaria, por hoy, ha concluido

Comentarios

  1. Me disculpo ante mi única, fiel y reclamante admiradora por la omisión de los comentarios anteriores. Un error de clic suprimió los mismos al intentar moderarlos. La moderación la he puesto pues anteriormente los comentarios se tornaban muy personales y entró un tercer lector o lectora quien prácticamente llenó de improperios y críticas satíricas este blog. Sólo que ayer al intentar moderar, le dí suprimir en vez de publicar, grave error garrafal. Prometo, en cuanto salga mi libro publicado, entregar el primer ejemplar, debidamente autografiado, a la persona autora de esta comunicación anónima.

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  2. Entonces no soy tu único (a) lector (a)...

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