La amistad virtual
Como inmigrante digital, en los principios de la Internet y antes del surgimiento de las redes sociales, cuando sólo había la comunicación a través de pesados servidores de correo electrónico o mensajería instantánea al estilo ICQ, Hotmail o Yahoo! por ejemplo, un maestro y ahora admirado amigo mío me comentaba, mientras esperábamos el cambio entre uno y otro sustentante de Licenciatura, que él no compartía esas herramientas que ofrecía la web pues las sentía frías, sin el toque personal de verse, escucharse. Para el caso de lo que él seguía llamando cartas, no había ya la emoción de revisar el buzón, de escuchar el aviso del cartero, de escribir a mano o a máquina de escribir el texto a enviar, ponerlo en un sobre y recordar la dirección de destino, mientras se imaginaba, haciendo uso de su geografía mental, por dónde estaba el domicilio escrito. A tantos años de distancia de esta plática, ya con igual número de años transcurridos sobre mi persona y experiencias adquiridas, ce...